sábado, 11 de febrero de 2012

CAPITULO SIETE


Salimos del estadio. ¿Qué me había pasado? Prácticamente estaba sin capacidad de reacción. Estaba en mi mundo, todavía no me lo creía. ¿Realmente Zayn había dejado de cantar por mí? ¿Habría sido por otra chica? Eso no podía ser… yo había sentido algo. Y estoy casi segura de que Zayn también lo había sentido. ¿Y si eran imaginaciones mías…?
Elvira tuvo que sacudirme un par de veces para conseguir sacarme de mis pensamientos.
- Tía, ¿qué coño te ha pasado ahí dentro?
- Parecía como si…- Mamen no podía acabar la frase.
-… ¿cómo si Zayn y yo hubiéramos tenido una conexión?
- Si tía, eso. Saltaban chispas.
- Pues no lo sé Mamen, no lo sé. Sólo sé que he sentido algo, pero no se lo que es, ni si debería darle importancia.
- ¿Hola? ¿Me lo explicas? Zayn, sí, sí, ése, Zayn Malik, tu ídolo, el tío al que AMAS desde hace AÑOS y por el que harías lo que hiciera falta, ha dejado de cantar en un concierto por ti, ¿y tú no le vas a dar importancia? ¿¿Pero qué fumas?? ¡¡Ve a por él!!- Elvira se puso nerviosa.
- No… no sé que hacer. Tengo que pensar.- Mamen nos escuchaba sin saber que decir.
- Vamos a ver Paula, no hay nada que pensar. No me rayes. En la firma del disco, le dices lo que te ha pasado, si no sabe nada, te olvidas de él, pero si dice que a él le ha pasado lo mismo… Bueno, en ese caso ya sabrás que hacer.
- Si vamos, que te crees que voy a ser capaz de decirle nada cuando lo tenga ahí, enfrente de mi.
- Bueno, pues si no tienes huevos, tendré que decírselo yo.
- Tú te quedas con tu Liam, a Zayn le dejas tranquilito eh.- Sonreímos.
- Entonces, ¿le dirás algo?
- Bueno, ya veremos.
- No esperaba menos de ti, Paula.
No estaba nada segura de lo que iba a hacer. Lo mismo en la firma ni lo veía, porque llegaba tarde o yo que sé. El caso es que estaba muy rayada.
Volvimos a coger el bus y fuimos a casa. Estuvimos bastante calladas durante el camino. Lo que había pasado con Zayn nos dejó atontadas. Y encima Liam le guiñó el ojo a Elvira. Eso también significaría algo.
Demasiadas cosas en las que pensar.
Sólo tenía ganas de irme a la cama y dejar de pensar, cuando me sonó el móvil. Qué oportuno.
- ¿Sí?
- Hola, Paula.
- ¿Edu?
- Claro que soy yo, ¿quién iba a ser si no?
- Uy Edu yo que sé… es que en España tiene que ser muy tarde. ¿Qué haces levantado a estas horas? Además, ése no es tu móvil, ¿no?
- No, no lo es. ¿Por qué? ¿Es que desconfías de mí?
- ¿Pero qué dices?- ¿a qué venía eso ahora?- A ti te pasa algo, estás más raro…
- No, si encima de que desconfías de mi, me llamas raro. Tss… Paula no hay quien te entienda.
- Edu, tengo la cabeza como un bombo, ¿llamabas para algo?
- Sólo para oír la voz de mi novia.- dijo enfadado.
- Edu no te enfa…- Me colgó.
¿Pero qué había pasado ahora? Otra preocupación más. Qué asco.
- Paula, ¿quién era?- Mamen entró en mi habitación.
- Tía era Edu.
- ¿Y qué ha pasado?
- Pues, ¡no sé! Me ha llamado y le he dicho que por qué llamaba tan tarde, me ha dicho que si desconfiaba de él no sé qué… y luego me ha colgado cuando le intentaba pedir perdón por si acaso he hecho algo. ¡Pero yo no he hecho nada malo! Estaba muy raro tía, como enfadado conmigo… ¿crees que… crees que se ha liado con otra?
- ¿Por qué piensas eso?
- Pues por lo que me ha dicho… Y porque hay algo dentro que me lo está gritando.
- No lo sé Paula, pero si quieres que te diga la verdad, que no te extrañe, porque Edu es de los tíos que suelen hacer eso…- Mamen fue sincera conmigo, pero, por muy raro que parezca, las lágrimas no aparecieron por mis ojos.
Pasé todo y de todos, y me acosté sin darle vueltas a la cabeza.

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