jueves, 28 de junio de 2012

CAPITULO VEINTISIETE


- ¡Dios! ¡Mira lo que tengo!
- Te lo dije.- miré a Zayn mientras él se observaba en el espejo del baño a la mañana siguiente.
- Es… horrible, mírame.- me ordenó. Fui hacia él.
- Tampoco es para tanto.- le animé.- Ayer estaba peor.
- Mi ojo…
- Si es que eres tonto… ¿para que te metes en pelea?
- No empecemos…
Tenía razón, no le iba a echar la bronca otra vez.
- Vamos a la cocina, anda, que te pongo hielo.
El pobre tenía el ojo morado. Edu tenía experiencia en eso de las peleas. Yo había tenido que ir más de una noche con él al hospital porque le habían dado fuerte. Prefería no recordarlo.
En esos momentos era en los que me preguntaba qué hacía yo con Edu. ¿Por qué lo había querido tanto? Ni siquiera yo misma lo sabía.
- Toma,- le tendí una bolsita con hielo dentro.- siéntate en el sofá.
Zayn me hizo caso y se sentó. Yo hice lo mismo.
- Voy a necesitar muchos mimitos mientras tenga esto…
Ese tonito en que me lo dijo… me encantaba.
- Ya lo creo que los necesitas.
- ¿Estás dispuesta a dármelos?- se apartó la bolsa de hielo del ojo y me miró.
- Por supuesto.
Se acercó y empezó a besarme. La bolsa de hielo cayó al suelo y reí silenciosamente.
Como no, ahí estaba mi móvil para interrumpir todo momento de pasión con Zayn.
- ¿Sí?- ni siquiera miré el número.
- Paula.
No me lo esperaba. Para nada. Es más, no me lo podía creer,
- ¡¿Ma-mamen?! ¿Eres tú?- pregunté acelerada. Zayn me miró.
- Sí.
- ¿Me puedes decir por qué llevas tantos días sin darme señales de vida? Estaba preocupada, ¿sabes?
- Lo siento. Quería estar… alejada. Ya sabes, de Londres, de todo un poco.
- Sí, joder, y lo entiendo. Pero podrías haberme llamado para saber que estabas bien, ¿no?
- Es que no estoy bien, Paula.
- Ya, me lo imagino. Pero yo no tengo la culpa. Además, no eres la única que tiene problemas. Bueno, no te voy a echar la bronca.
- Suenas apagada, ¿qué te pasa?
- Edu está en Londres.
- ¿¡Qué!?- preguntó Mamen sorprendida.
- Me lo encontré ayer. Y se peleó con Zayn, en fin, un show.
- Dios, qué fuerte. ¿Por qué no te vienes aquí? Seguro que estás mucho mejor.
- ¿Qué? Ni pensarlo. Para nada. Ni de coña.- afirmé rotunda.
- ¿Por qué no?
- ¿Me ves el tipo de persona que huye de los problemas? No. Yo soluciono mis problemas, no huyo de ellos. Encaro a la realidad, la supero. O por lo menos lo intento. A veces sale bien, a veces no.
- ¿Crees que huyo de mis problemas?- preguntó atemorizada.
- ¿Quieres que te diga la verdad?
- Sí.
- Pues creo que esta vez es exactamente lo que has hecho. Huir. Intentar desprenderte de ellos.
Hubo un silencio, estaría reflexionando.
Al cabo de unos segundos me respondió.
- Me vuelvo a Londres. Tengo que terminar unos asuntos aquí, pero en cuanto los arregle, me vuelvo. Necesito terminar con esto cuanto antes.
- Me alegra oírte eso.
- Me has abierto los ojos, Paula, gracias.
- Nada tía. Oye, te dejo, que esto te va a costar una pasta. En cuanto sepas algo de cuando vienes, me llamas. O para lo que necesites, aquí estoy.
- Vale, te quiero.
- Y yo.
Colgué. Mamen había dado señales de vida. Por fin. Algo era algo.
- ¿Qué te ha dicho?- preguntó Zayn. Ni me había dado cuenta de había hablado español con ella. Así que mientras preparábamos el desayuno le conté la charla.
- ¿Crees que está preparada para volver a ver a Harry?
Pensé por un momento.
- Mmm… no.
- ¿Por qué?
- No sé, no es de las que supera las cosas rápido. A ella le cuesta levantar cabeza.
- ¿Y qué crees que está haciendo en España?
- Supongo que habrá ido a ver a Nacho, estar con su familia… no sé.
- Todo esto es muy raro.- concluyó él.
Decidí cambiar de tema.
- ¿Los tortolitos han dado señales de vida?
- ¿Te refieres a Liam y a Elvira?
- Sí, los tenemos muy olvidados.
- ¡Si es que están muy lejos! Ayer estuve hablando con Liam. Dentro de 4 ó 5 días estarán de regreso.
- Seguro que se lo han pasado de lujo… el Caribe, ¡qué bien suena!- dije yo fantaseando.
- ¿Quieres que vayamos?- me preguntó Zayn.
- No, no.
- ¿Por qué?
- Ya tendremos tiempo de ir, no te preocupes.
Desayunamos tranquilamente. Notaba raro a Zayn. El día anterior había descubierto su parte macarra, su parte posesiva. Sabía que era celoso, pero no como para llegar a ese extremo. Aún así, seguía queriéndolo igual.
*Bip, bip*
- Tengo un mensaje.- fui a por el móvil.
Era de esperar.
- No me gusta nada esa cara…- me dijo Zayn.- Me imagino quien es. ¿Tu ex?
- Seep.
- ¿Y qué dice? ¿Sige dando por culo?
Puse los ojos en blanco.
- Que quede con él por la tarde, blablabla, para hablar, blablabla. Y ya está.
- ¿Sientes algo por él?- me preguntó.
- ¿Pero qué voy a sentir yo por ese desgraciado? De verdad, Zayn, que tienes unas cosas…
- Pff, ya sabes, es duro para mí.
- ¿Por qué?
- No sé, es como… si alguien me estuviera presionando. Siento la necesidad de estar contigo, porque si no, te perderé. Y no quiero perderte. Pero hay dos tíos detrás de ti que no se van a rendir hasta que consigan hundirme. No quiero hundirme. Pero, ¿y si alguno de ellos te hace más feliz que yo? No podría soportar que…
- Shhh, calla.- le puse un dedo en los labios.
- Pero…
- Shh, ninguno me sabe hacer feliz como tú.
Vi una lágrima caer por su rostro.
- ¿De verdad?
- Claro que sí.
Le di el abrazo más fuerte que pude. Él lo necesitaba.
- Te quiero, pequeña.
- Y yo.
Le mandé un mensaje a Edu en el que decía:
``A las cuatro en el mismo sitio de ayer. No tardes.´´
Con eso bastaba. Tenía claro qué iba a hacer.
La tarde se paso rápido y llegaron las cuatro. Fui al banco del día anterior, Edu todavía no había llegado.
- ¡Quiero ir contigo!- me había suplicado Zayn.
- ¡Que no! Tengo que hacerlo sola, pesado.- le había contestado yo.
Me sentía más segura con Zayn a mi lado, pero no podía estar con él a todas horas.
Vi la silueta de Edu aparecer por una calle.
- Hola.- le saludé.
- ¿Qué hay?- se acercó a darme dos besos. Me aparté.
Se quedó un poco cortado. Le tendí la mano y me la estrechó.
- Habla.- le dije.
- ¿Que hable?
- Sí. Tengo que saber que sientes por mí.
- Es difícil de explicar.
‘Ya… claro.’ Pensé.
- No me vengas con tonterías y dímelo.
- A ver, sé que no me vas a creer.
- Prueba.
Se sentó en el banco, pero yo permanecí de pie.
- Yo te quiero, joder, te quiero. Vale que no te lo supe demostrar, y que fui un gilipollas. Pero he cambiado, te lo juro. Estar sin ti todo este tiempo me ha hecho cambiar. Y me he dado cuenta de todos los jodidos errores que cometí.
No sabía que contestar. Parecía sincero, pero…
- No puedo creerte. De verdad que me gustaría, pero simplemente, no puedo.
- ¿Por qué no?
- Porque me has mentido demasiado. ¿Quién me dice a mí que no me mientes para liarte conmigo y volverme a dejar?
- Que no, joder, que es de verdad.- se levantó del banco.
- No sé yo…
- Joder, Paula, que sí, que es verdad, créeme.
- Bueno.
- Perdóname, por favor, fui un capullo.
- Lo fuiste, pero venga, te perdono.
Se acercó y me abrazó. Su olor me era tan familiar, me trajo tantos recuerdos, tantas dudas… ¿dudas? No. Yo no tenía dudas. Yo lo tenía claro.
Me aparté de él y me senté.
- ¡Paula!- gritó una voz conocida.
- ¡Louis!- fui corriendo hacia él y le abracé.
- ¿Cómo estás, pequeña?
- Pues…
- No, no me contestes.- me interrumpió.- ¡Te pasas el día con Zayn! Hay que ver… no te acuerdas de mí, ni de nadie. Estoy enfadado.
- ¡No, Louis! No es eso hombre.
- ¡Que es broma! ¿Cómo me iba yo a enfadar contigo? Habrá que pedirle a Zayn que te comparta un poco, menudo egoísta.- me reí.- Bueno, ¿qué tal? ¿Cómo está mi fan número uno?
- Creído. Pues estaba aquí con…
- ¡Uy! ¡Que no estás sola! No había caído. ¿Pero que modales son estos, Paula? ¿No me presentas?
- ¡No me dejas ni terminar las frases, Louis!- no paraba de reírme. Louis estaba tan loco.
- ¡Hola! Yo soy Louis.- se presentó mientras le daba la mano a Edu.
- Ya, ya sé quien eres. Yo soy Edu.
- Pues encant…- Louis no terminó la frase y me miró como diciendo ``¿en serio?´´.- Eh… bueno, yo me voy, que llego tarde.
- ¡Louis! Espera.- nos apartamos de Edu.
- ¿Qué hace ese tío aquí?- me preguntó Louis con los ojos como platos.
- Ha venido a pedirme perdón y todo eso… ayer se pegaron él y Zayn.
- ¿Cómo? Joder, luego me paso por tu casa para verle. El cabrón no me ha dicho nada… Bueno, ¿cómo estás tú? Lo has debido de pasar fatal.
Sentía que Louis me entendía, y que se preocupaba por mí. Era como un hermano.
- Pues sí, Louis… que esté aquí complica las cosas, pero que encima haga daño a Zayn… uff.
- ¿Y qué vas a hacer?
- Anda, a las 6 en mi casa, cenas allí y os cuanto a Zayn y a ti.
- Vale. Adiós, guapa.
- Adiós, Louis.- le di un beso en la mejilla y se fue.
Me acerqué a Edu.
- ¿Bueno, qué?- me preguntó.
- ¿Qué de qué?
- Que si tú me quieres.
- A ver, Edu. Que tengo novio, y que solo lo quiero a él, ¿sabes? Que él me da mil motivos para quererlo cada día, y nunca me ha hecho daño.
- ¿No quieres estar conmigo?
- ¿Pero qué dices? No. Edu, lo siento, pero no te quiero.
- ¿Nada de nada?
- Que no.
- ¡Pero si he venido a Londres por ti!
- Joder, lo sé, pero no creo que haya sido una buena idea.
- Lo he hecho porque te quiero.
- ¿Y no has podido pensar que yo no te quiero a ti?
Silencio por su parte.
- Lo siento… por haberte complicado las cosas, por haberme portado tan mal, por ser un capullo… bueno, por todo.
- No pasa nada. Vuélvete a España, anda. Tienes tu vida allí. Yo la tengo aquí.
- Te voy a echar de menos, y me va a costar olvidarte.
Sonreí.
- No tardarás en hacerlo.
- Me has marcado, no volveré a ser un capullo.
- Vaya, me alegra oír eso.
Edu se acercó a mí y me abrazó fuertemente.
- Cuando vuelvas a España, llámame, ¿vale?- me dijo.
- Vaaale. Oye.
- Dime.
- Ha sido bonito lo que has hecho por mí. Eso de venir aquí… bueno, me alegro de que hayas cambiado.
- Y yo.
- Bueno, me tengo que ir.- en verdad, lo único que quería hacer era salir de ahí.
- Adiós, Paula. Te sigo queriendo, no lo olvides.
Le abracé fuerte.
- Adiós, Edu.
Me alejé de él mientras una lágrima recorría su mejilla y la mía.

martes, 5 de junio de 2012

CAPITULO VEINTISEIS


Zayn giró la cabeza en el mismo momento en el que pronuncié ese nombre. Hizo ademán de levantarse, pero lo paré.
- No.
- Pero…
- No.- le repetí.
Se sentó de mala gana en la silla mientras Edu se acercaba.
- Por fin te encuentro.- dijo Edu cuando llegó a la mesa.
- ¿Qué?- estaba confusa.
- Perdone señorita, ¿este chico le molesta?- me preguntó un camarero.
Abrí la boca para contestar, pero Zayn lo hizo por mí.
- Sí.- afirmó sin levantar la mirada del plato.
- Bien. Señor, acompáñeme, por favor.
- ¡Espera!- le dijo Edu al camarero.- Paula, tengo que hablar contigo.
- Ya veremos luego.
- Señor, venga conmigo.- repitió el camarero.
- ¡Pero yo quiero hablar contigo ahora!
- Edu, que te vayas de aquí, joder.- al hablar en español, las caras tanto de Zayn como del camarero eran de incomprensión.
- No quiero volver a tener que repetírselo, señor. Acompáñeme.
Edu se fue resignado de la sala con el camarero.
Cuando el ambiente se hubo calmado, y la gente dejó de mirarnos, Zayn me miró.
- ¿Qué coño hace tu ex en Londres? No, mejor, ¿qué coño hace tu ex aquí, ahora, y hoy?
- Zayn, yo sé lo mismo que tú.
Abrió los ojos como platos.
- ¿No sabías que estaba aquí?
- Por supuesto que no.
- No entiendo nada.- dijo confuso y enfadado.
- Yo tampoco, joder.
Los minutos se hicieron siglos, parecía que la cena nunca se iba a terminar. Zayn intentaba sacar tema de conversación, pero yo estaba abstraída, en mi mundo, y apenas respondía con monosílabos.
Al fin terminó. Tenía ganas de reunirme con Edu y averiguar por qué estaba allí.
Salimos del restaurante y ahí estaba él, sentado en un banco. Era de noche, era tarde, apenas había gente en la calle. En cuanto me vio se levantó del banco y vino corriendo hacía mí. Zayn me cogió la mano y se colocó en posición defensiva, lo cual no me gustó en absoluto, y le dije que se calmase.
- Tengo que hablar contigo.- dijo Edu cuando se hubo acercado a nosotros.
- Habla.- le ordené.
- Eh… a solas.
- Adiós.- dijo Zayn en español, tuvo hasta gracia. Me tiró de la mano para que le siguiera.
Miré a Edu mientras caminaba y él me seguía.
- ¿He venido aquí, a Londres, para hablar contigo, y cuando consigo encontrarte después más de dos semanas esperando a verte, sentado en el mismo puto banco todos los putos días, en frente del Big Ben, tú vas y te piras? ¿Así, sin más?
Me paré en seco y le solté la mano a Zayn.
- ¿Cómo dices?
- Digo que…
Zayn le interrumpió.
- Dile al imbécil ése que hable en inglés, que yo también quiero enterarme. Y de paso insúltale de mi parte, o haz algo, pero que sepa que no me cae bien y que le voy a partir la cara como haga algo raro.
- No le voy a decir la última parte.- Zayn puso los ojos en blancos.- Dice que…
- Ya, ya. Me lo imagino. Bueno que te explico…
- Que hables en inglés Edu, que hables en inglés o me voy.
- Sabes que no se me da bien…
- Vamos a ver, sabes que a mí no puedes mentirme, sé que eres bilingüe Edu, te recuerdo que salimos casi 5 meses. A otros podrás irles con el rollo ése de “malote” que no estudia y todo eso, pero a mí no.
- Joder, vale.- Empezó a hablar en inglés, lo cual relajó a Zayn.- Llevo esperando a verte alrededor de dos semanas, he venido aquí, en frente del Big Ben todas las noches, sé que es tu sitio favorito de Londres y…
- Espera. ¿Cómo lo sabes? No he hablado contigo desde… bueno, ya sabes.
Zayn se limitaba a observar la escena cabreado.
- Le pedí a algunos amigos que averiguaran cosas. En qué parte de Londres estabas, en qué calla vivías, el número de piso… ya que yo fui gilipollas y no me interesé por saberlo cuando todavía estabas allí. Pero lo único que averiguaron era que pasabas mucho por el Big Ben, y que vivías en el centro de la ciudad.
- ¿Cómo…?- Dios, vaya lío tenía.- No entiendo nada.
- Da igual, el caso es que, en resumidas cuentas, vine aquí a ver si te encontraba, y lo he hecho.
- ¿Me estás diciendo que viniste a Londres, que es 10 veces más grande que Sevilla, para probar suerte buscándome, y que sólo sabías que me gusta el Big Ben?
- Más o menos.
- Tú estás loco. En serio, ¡¿tienes un problema?!
- No. Oye, encima de que vengo…
- ¡Es que nadie te lo ha pedido, Edu!
- Creía que te ibas a alegrar de verme.
- ¿Cómo me voy a alegrar? Estás mal, en serio, muy mal.
- ¿No me echabas de menos?
- Vamos a ver, hay varias cositas, pequeños detalles, que no te quedan claros. Fuiste un capullo. Me pusiste los cuernos. Y luego lo dejamos. ¿Qué parte de “no quiero volver a verte” es la que no entendiste?
- Yo sí te echaba de menos.- se limitó a decir.
- Sin embargo no me echabas de menos cuanto te liaste con la tía esa.
- ¿Cuándo me vas a perdonar por eso? La cagué, ¿vale? Joder, lo siento.
Me sorprendí, nunca le había escuchado pedir perdón.
- Gracias a Dios, me has pedido perdón. Vale, te perdono. Y ahora dime, ¿qué haces aquí?
- Quería verte.
- ¿No era más fácil…?
- Quería verte.- repitió.
- Vale, he oído suficiente.- Zayn se hizo presente. Casi se me había olvidado que estaba ahí, no había hablado en todo ese tiempo.- A ver, ¿tú te crees que por venir aquí y pedir perdón arreglas la cagada suprema que hiciste? ¿Pretendes llevarte de vuelta a la que ahora es mi novia? Tú te crees que no, pero le hiciste mucho daño, tío. Que cuando ella estaba mal, adivina quién estuvo ahí. Exacto. Fui yo. Y no otro. Yo estuve ahí desde el principio, intentando recomponer el corazón que tú rompiste.
- Y vaya si lo conseguiste, ¿no? Que se enamoró de ti y todo, ¡que bien lo hiciste, campeón!
- Mira, no me vaciles que quiero tener la fiesta en paz.
- A ti lo que te pasa es que te crees superior por estar en un grupo de mierda y tener loquitas a millones de tías por todo el mundo. ¿Qué coño ven las tías en ti?
- No te pases, Edu.- le advertí.
Pero pasó de mí.
- Aprende a hacer música y luego me haces un llamacuelga, ¿sí?
Supe en ese mismo momento que Edu la había vuelto a cagar. Zayn se tomaba muy en serio su música, y no iba a permitir que ningún niñato se metiera con ella.
Zayn le miró fijamente a los ojos, alzó la comisura de su labio superior, sonrió sarcásticamente y levantó el puño derecho. Directo a la cara.
Edu cayó al suelo del tremendo golpe, y yo fui tras él.
- Zayn, ¡¿te has vuelto loco?! ¡¡Llama a una ambulancia inmediatamente!!- corrí hacia Edu y me agaché para ver cómo estaba.
- Paso.
- ¡Zayn, ven aquí!- le grité.
Era tan tarde que no había nadie en la calle.
Zayn se acercó y se agachó conmigo, pero Edu saltó a por él.
Empezaron a pegarse fuertemente. Yo gritaba pero ellos no me echaban cuenta.
- ¡¡Que paréis, joder!!
Seguían pasando de mí, y decidí separarlos. Me daba igual si recibía algún puñetazo, a ese paso iban a matarse.
Me metí en medio de la pelea.
- ¿Queréis dejarlo de una puta vez?
Miré a ambos lados. A Edu le sangraba mucho la nariz y Zayn tenía un ojo medio morado y rasguños por los brazos. Yo lo que tenía era unas ganas de llorar inmensas.
- Pero…- se intentó quejar Edu, pero no le dejé.
- ¡Ni peros ni mierdas! Que lo dejéis y punto, joder. Que parecéis dos niños chicos de mierda pegándose por un caramelo. Voy a llamar a una ambulancia.
- Estate quieta.- me dijo Zayn.
- ¿Le has visto? Tiene rota la nariz, ¿no te has fijado?
- Ostia, verdad.- Zayn empezaba arrepentirse.
- ¿Qué?- Edu se llevó la mano a la nariz.- ¡Mi nariz! Joder, me duele mucho.
Se abalanzó sobre Zayn, pero lo frené.
- O te estás quieto, o te juro que te mando a España a patadas. Y ahora ponte bocabajo y tápate la nariz, si no quieres desangrarte.
Edu se sentó en el suelo e hizo lo que le dije, Zayn fue al banco. Yo llamé a la ambulancia, en 10 minutos llegaría.
- ¿Qué, os sentís mejor?- no contestaron.- Lo que debería hacer es coger mi bolso y salir pitando a mi casa. Dejaros aquí, solos, y que Dios haga lo que quiera con vosotros, porque es lo que os merecéis. Pero no, me voy a quedar aquí esperando a que venga la jodida ambulancia. ¿Por qué os peleabais? Ya ni me acuerdo.
- Se ha metido con mi música.
- Me ha robado a mi chica.- se acusaron a la vez.
- A ver, uno por uno. Zayn, ¿qué más da lo que piense este imbécil de tu música? Porque a mí me da igual. ¿Qué pasa, joder, que no eres tan maduro como para eso? Y tú, Edu, te recuerdo que no estábamos juntos, que quedamos en dejarlo. Así que él no te robó nada, te encargaste de perderme tú solito.- Zayn sonrió.- Quita esa sonrisa, que el que ha empezado la pelea eres tú. La violencia no es la solución, Zayn. Joder, tú eres el tío más pacífico que conozco, ¿qué te ha pasado?
- No sé… me ha puesto de los nervios. Entre lo que te hizo, que se pone a vacilarme… no sé, joder.
- No me sirve, no es escusa. Las cosas se hablan.
- Ya lo sé.
Me sentía como si yo fuera la madre, y mis dos hijos se hubieran peleado por cualquier tontería.
- Lo siento, tío. No quería… bueno, no quería llegar a esto.- se disculpó Zayn.
- No pasa nada, tío, si no hubiera sido tan gilipollas… no habría pasado nada. Probablemente ni estaría aquí.
Zayn se levantó y le dio la mano a Edu.
Yo me senté en el banco. Me alegraba que de perdonaran, pero sabía que Zayn nunca le perdonaría que hubiera sido tan capullo conmigo.
Llegó la ambulancia y curaron rápidamente a Edu, sin embargo Zayn no quiso que lo tocaran, dijo que no era nada, pero se puso una mini bolsita de hielo en el ojo. La ambulancia se fue y nos quedamos los tres solos.
- ¿Dónde vives?- le pregunté a Edu.
- A dos minutos de aquí, me puedo ir solo.
- No, te acompañamos.
Zayn me miró con mala cara, y Edu se dio cuenta.
- No hace falta, de verdad.
- Que sí.
- Bueno…
Estaba viviendo con un amigo suyo que vivía en el centro.
Al despedirse le di mi nuevo número y le dije que me llamara al día siguiente, se acercó a darme un beso en la mejilla, y le dio la mano a Zayn.
- Hasta mañana.- le dije.
Mientras volvía al loft con Zayn, le eché la bronca.
- ¿Cómo se te ocurre pegarle? No es propio de ti, Zayn.
- No sé, Paula, fue un momento de rabia, había mucha tensión, y se me escapó el puñetazo.
- Pero, joder, pegarle… mira lo que tienes en la cara.
- No pasa nada, no me duele.
- Me da igual. Se podría haber evitado, joder.
- Lo sé, lo siento…
- Anda, que no quiero ser dura contigo. Pero tienes que saber que si Edu ha venido a Londres es por algo.
- Ése tiene malas intenciones, Paula, que te lo digo yo. Lo he visto en sus ojos.
- Yo creo que solo ha venido a disculparse…
- ¿Y monta ese pollo solo para disculparse? Venga ya, Paula.
- No sé, prefiero no pensar en eso.
- Vaya aniversario hemos tenido, ¿eh?- rió sarcásticamente.
- Ya vendrán mejores.- le sonreí.
Los tacones me mataban, ya estábamos en la esquina de la calle, pero me los quité.
- ¿Vas a andar descalza?- me preguntó Zayn.
- Sí, no queda anda para llegar.
- Anda, ven aquí.- me hizo un gesto para que fuera a sus brazos.
- ¿No pretenderás cogerme, no?
- Claro. ¡Cómo si fuera la primera vez que te cojo!
- Pero tienes los brazos hechos polvo…
- ¡Anda ya! Ven aquí.
Me subí a sus brazos y me cogío hasta que llegamos al piso.
Se tumbó en el sofá, yo fui al cuarto, me desabroché un poco el vestido y fui a por el botiquín.
Cuando fui al salón, Zayn estaba medio dormido, pero sus heridas no se iban a quedar sin limpiar. Así que fui sigilosamente hacia él y abrí el botiquín.
- ¿Qué haces?- me preguntó adormilado.
- Voy a curarte.
- Mmm… enfermera sexy, cúreme.
- Eres idiota.- me reí.
La luz tenue ambientaba el salón mientras curaba a Zayn.
- Hoy ha sido todo ha sido tan raro…
- Tranquila, ya pasó, mañana será otro día, y será bueno.- me dijo mientras me besaba.
- Contigo, todos los días son buenos.