sábado, 11 de febrero de 2012

CAPITULO DOS


Subimos al loft, estaba en la primera planta del bloque. Era increíblemente grande, más o menos… 280 metros cuadrados. ¡¡Una pasada!! Yo lo estaba flipando. No sé que íbamos a hacer las tres en un piso tan grande. Bueno, describo la casa. El salón era inmenso, tenía 3 sofás y una pedazo de tele… 50 pulgadas. Era un salón moderno, muy bien decorado, juvenil. Había un balcón enorme con plantas, y teníamos en primera fila el Big Ben, no podía ser más bonito. La cocina estaba pegada al salón, era de colores negros y blancos. Los dueños estaban en el taco, no había duda. Nos metimos dentro de la casa, tenía 4 habitaciones. ¡Oh Dios mío! Había una morada. Me la pedí al momento. Estaba llena de mariposas de colores y muchas fotos de lugares preciosos, playas, montañas… Olía a frutas y a bosque. Vaya habitación. Había otra azul, la que mamen se pidió. Tenía fotos de mares y faros, y olía especialmente bien, a brisa marina. Era una habitación en la que entrabas y te transmitía calma. Y la última era verde, para Elvira. Tenía fotos de plantas y animales. De paisajes maravillosos en los que llovía. Olía a tierra mojada. Cada habitación tenía un sofá pequeño de su color, una cama de matrimonio, y una tele pequeña. Había un cuarto de baño en cada habitación, en colores tierra, con bañera de hidromasaje y mucho lujo. Había otra habitación que tenía una mesilla de té y una Wii y el último modelo de la Play Station. Había unas estanterías con muchísimos juegos. Otra habitación era preciosa, con una cama de matrimonio enorme. Decidimos que ahí es dónde íbamos a dormir la mayoría de veces, que en una casa tan grande las tres teníamos que estar juntas.
Nos instalamos, guardamos la ropa en los armarios y nos pusimos lo más cómodo que teníamos, estábamos muy cansadas. Traíamos comida de España, lo guardamos todo. Inmediatamente me dirigí a la tele.
- ¡Qué, chicas! ¿Damos una vuelta?- dije entre risas. Obviamente estaba de coña.
- ¿Bromeas, no? Me voy a dormir.- Elvira desapareció del salón. Qué sosa de verdad.
- Hay que ver Elvira… - dijo Mamen.- Ahora voy contigo Paul. ¿Quieres algo de beber?
- Tráeme una Coca-Cola porfi.
- Estupendo.
Mamen se acercó a mi y me dio el refresco.
- Graaaciaaaas.
- ¿Qué ves Pauli?
- Pues nada, la verdad es que no estoy mirando la tele. Estaba pensando en lo perfecto q  ue es todo esto. Todavía flipo tía. Es… increíble.
- La verdad es que si… sigo sin creerme que ya tengamos la selectividad, y no tengamos que seguir estudiando hasta el año que viene. ¡Tenemos un año entero para nosotras!
- ¡Sí! Es flipante que nuestros padres nos hayan dejado tomar un año de descanso y aplazar la universidad. La verdad es que nos lo merecemos.
Era cierto, habíamos trabajado muy duro para conseguir nuestro sueño, un año en Londres, todo pagado, solo disfrutar. Y con todo aprobado con buena nota.
- Sí Pauli, ahora es nuestro momento.
-¡A disfrutar se ha dicho!
Y mientras reíamos Mamen y yo, pusimos la tele y nos hicimos unas palomitas. Pero el sueño pudo con nosotras y nos acostamos en la cama doble nosotras, ya que no había quien despertara a Elvira de su sueño.

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