domingo, 19 de febrero de 2012

CAPITULO QUINCE


Tiré violentamente el bolso en el sofá, tenía mucha rabia recorriéndome el cuerpo, y me dirigí al cuarto de baño. Me miré en el espejo mientras lloraba. Empecé a hacerme preguntas ¿por qué era tan sumamente idiota? ¿Y si me había ganado lo de Edu? ¿Y si me lo merecía? ¿Por qué me había portado tan mal con Zayn? Él sólo quería ayudarme y yo se lo pagué de esa forma. Me sentía como una mierda.
Me lavé la cara para limpiarme las lágrimas. Servía de poco, pero en fin, más bien era para despejarme. Fui a mi cuarto, apagué el móvil, no quería que nadie me molestase, y me tumbé en la cama. Empecé a darle vueltas a la cabeza. Todo lo que había pasado… ¿cómo podía cambiar tan repentinamente un día? Por la mañana había estado con Zayn, había estado contenta, me sentía bien con él, porque él me transmitía felicidad. Después habíamos ido a casa con los chicos, y habíamos estado como unos amigos más, sin preocuparnos el hecho de que nos habíamos conocido el día anterior. Pero luego la llamada… esa llamada tuvo que joderlo todo. Edu tenía que joderlo siempre todo. El día estaba saliendo perfecto hasta que él lo interrumpió. Y no se merecía que yo lo pasara mal por él. Pensando en eso acabé durmiéndome, con lágrimas por toda la cama.
Me desperté con un dolor de cuello impresionante, en una postura rarísima. Había dormido fatal. Era de esperar. Miré la hora, las 7 de la mañana. ¿Qué iba a hacer tan temprano? Me dirigí al salón, cogí los cascos y me puse la música bien alta. Estuve como media hora en mi mundo, alejada de la realidad, hasta que noté que alguien me daba unos golpecitos en el hombro. Me quité los cascos, era Mamen.
- Buenos días.- le dije.
- Tía, ¿cómo estás? Me ha despertado Harry.
- ¿Cómo que te ha despertado Harry?- ¿eing?
- Me ha llamado porque dice que Zayn esta preocupadísimo por ti, que no le coges el móvil.
Ups… el móvil.
- Ah, lo tengo apagado.
- Entiendo… ¿cómo te encuentras?
- Como una mierda… más o menos. Pero he estado pensando que Edu no se merece que lo pase mal por él. Yo no he perdido nada, porque él no me aportaba nada bueno. Quiero concentrarme en ser feliz aquí en Londres.
- Por supuesto tía, él se lo pierde. Es imbécil si cree que va a encontrar a alguien que le quiera que sea mejor que tú. Ya verás, tú serás feliz mientras a él le va a ir de pena.
- Intento pensar que eso es verdad pero… no sé, se me hace difícil.
- Claro que es verdad tía, que no lo pases mal por ese cabrón.
- Guau, no te has dado cuenta de que has dicho una palabrota, tengo que hacerte caso, sino pensaras que tienes razón no la hubieras dicho.- me reí.
- Jajajaja calla anda, y concéntrate en Zayn, que ayer cuando te fuiste no sabes como le dejaste tía…
- Ya… cuando llegué me sentí fatal por haberle gritado, tenía a la culpabilidad comiéndome la cabeza, pobre Zayn.
- No es eso, no le importó que le gritaras, él lo comprendió. Dijo que entendía que necesitaras estar sola, para pensar y esas cosas… pero le dejaste preocupadísimo tía. Quería volverse con nosotras para verte y estar contigo, pero nosotras le dijimos que no, que eso iba a ser peor…
- Gracias Mamen, sois las mejores.
- Para eso estamos.- le di un abrazo a Mamen.- Pero me dio una pena dejarle ahí… estaba pálido. Nos dijo que realmente le gustabas y que si tú no eres feliz él no lo es, y verte así le dejó hecho polvo. Así que si viene a verte que no te sorprenda.
- No creo que sea para tanto, ¿no?
- No te creas… yo lo veo capaz.
- Anda anda…
- Que sí, Paula.
- Bueno, voy a coger el móvil y lo llamo.
Fui al cuarto y mientras iba al salón encendí el móvil.
- Te ha llamado, ¿no?
- Espera, no se ha encendido todavía.
Tardaba más de lo normal, estaría sobrecargado. Por fin.
- Madre mía…
- ¿Qué? ¿Qué pasa?
- Mira, mira todo lo que tengo.- le enseñé el móvil a Mamen.
- Guau…
- Realmente se preocupa por mí.
Tenía 15 llamadas perdidas suyas, y 3 mensajes. Louis me había llamado 4 veces y Liam 2.
- Son tan buenos…- dijo Mamen.- Pero ¡mira los mensajes!
- Voy.
Los mensajes decían:
“Paula por favor, contéstame a las llamadas. Me has dejado muy preocupado cuando te has ido. Tengo que hablar contigo.”
“Paula en serio necesito oír tu voz, que me digas que estás bien. Así que contéstame por favor. No voy a poder dormir.”
“Paula es la décima vez que te llamo, como no me cojas el móvil, voy a ir a tu casa y voy a entrar sea como sea, no me puedes dejar así de preocupado, cógeme el móvil por favor.”
- Llámalo, vas a acabar dándole un disgusto.- dijo Mamen.
- Sí. Tengo que oírle.
Marqué el número. No dio tiempo a que sonara el segundo timbrazo.
- ¿Paula?- oí las voces de los chicos diciendo mi nombre tras la voz de Zayn.
- Zayn.
- Gracias a Dios. ¿Por qué no me cogías el móvil?
- Lo siento, es que lo tenía apagado. Ya sabes estaba cansada y eso…
- Me tenías preocupadísimo Paula, te fuiste tan repentinamente y de esa forma… no… no supe qué hacer.
Oh Dios, oírle decir que lo estaba pasando tan mal, y encima por mi culpa, me estaba matando.
- Lo siento Zayn, de verdad.- No sabía que más decirle, casi empezaba a llorar.
- ¿Por qué lloras? ¿Ese cabrón ha vuelto a hacerte algo?
- No, no es eso. Es sólo que verte así me mata Zayn, no quiero que lo pases mal por mí.
- Pero es que tu felicidad es la mía Paula,- esa frase me sonaba. Me lo habían dicho hacía poco, pero no pude recordar quien lo hizo.- y sabiendo que ahora no estás bien…- su voz se partió.
- Necesito verte. Eres el único que puede hacerme salir de esto, tienes que ayudarme.
- Estaba saliendo por la puerta para ir a tu casa, así que en 10 minutos estoy ahí. Yo también necesito verte.
- Muchas gracias.- sonreí por primera vez en el día. Saber que Zayn era mi apoyo y que estaría ahí siempre me hacía sentir mejor. Empecé a pensar que no estaba tan mal por dentro.
- No me las des, enseguida voy.- colgué.
- ¿Viene, no?- Mamen había estando escuchado todo, aunque la conversación había sido más bien corta.
- Sí.- le dije sonriendo.- es tan mono… y le quiero tanto.
- Lo sé, y él a ti también. Seguro que consigue hacer en un día lo que nosotras no podemos hacer en una semana.
- ¿A qué te refieres?
- Pues que estando con él te olvidarás de Edu y de lo que te ha hecho, y no sólo por hoy, sino ya para siempre.
- Eso espero. Tía… ¡vaya pintas tengo!
- Estás horrible.- me dijo mamen sonriendo.
- Vaya, ¡gracias! Jajajaj.
- Vamos al cuarto a ver que te puedes poner.
Fuimos al cuarto y abrimos el armario.
- Tienes que ponerte sexy.
- Já.- en ponerme sexy estaba pensando yo.
- ¿Por qué no?
- Porque pasoooo.- Dije alargando la o.- ¿y por qué sí?
- Por que vas a ver a Zayn.
- ¿Y…?
- Y tienes que estar guapa para él.
- Mamen, Zayn no se va a fijar precisamente en lo que lleve puesto.
- Bueno, es verdad.
- Así que me voy a poner una camiseta verde y los shorts vaqueros.- le dije mientras lo sacaba.
- Me gusta, me gusta.
- Y hazme una trenza porfaaa.- dije suplicando.
- ¡Vale!- a Mamen le encantaba peinar.
Me vestí, y mientras Mamen me hacía la trenza, sonó el telefonillo.
-  Seguramente será Zayn, ve a abrir, ¿vale?- le dije a Mamen.
- Okey.
Fui a despertar a Elvira. Cogí la guitarra de mi habitación y empecé a tocarla alocadamente.
- ¿QUÉ PASA?- Elvira se alteró. Yo estaba restregándome en el suelo de la risa. Me vino bien verla así.- ¡¡No tiene gracia!!
- ¡Sí que la tiene!
Elvira se levantó para pegarme, y yo corrí por la habitación. De repente oímos:
- ¡Hola Zayn!- Mamen le saludó contenta.
- Hola, Mamen, ¿dónde está Paula?
- Pues espera un segundito, que voy a buscarla.
Elvira me miró perpleja.
- ¿Zayn ha venido?
- Tía, me llamó ayer 15 veces, pero lo tenía apagado. Le llamé hace un cuarto de hora y le dije que nos viéramos, así que aquí está.
- Me alegro, seguro que te despeja.
Mamen entró por la puerta.
- Paula, Zayn está aquí.
- Voy para allá.
- ¡Te queremos Paul!
- Y yo a vosotras.- les dije mientras les guiñaba un ojo.
Salí de la habitación y fui al salón. Vi a Zayn sentado en el sofá.
- Hola Zayn.

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