Llegó
el día. Hoy era el concierto de One Direction. Madre mía qué nervios. Estábamos
emocionadísimas y apenas pudimos dormir. Había pasado una semana desde que
conocí a Robert y habíamos quedado casi todos los días. Más que nada lo que
hacíamos era dar vueltas y hablar. Le conté que salía con Edu, pareció
decepcionado cuando se lo dije. No le di muchas vueltas a eso. Robert era un
buen chico.
Me
bañé para relajarme y me puse unos pantalones de cuero negros, una camiseta
blanca que decía “One Direction”, y unas botas negras. Elvira llevaba un
vestido azul que le quedaba de lujo, y Mamen una sudadera y vaqueros. En los
últimos días nos habíamos dedicado a hacer pancartas para el concierto, ¡Dios!
Qué ganas.
-
Chicas, ¿preparadas?- Mamen estaba que no cabía en sí misma.
-
¡¡Por supuesto!!- Dijimos Elvira y yo.
Pillamos
un bus que nos llevó al estadio. Llegamos temprano, nos pusimos de las primeras
en la cola, y cuando abrieron las puertas, salimos disparadas, pero unas chicas
se nos adelantaron, y acabamos en cuarta fila. Bueno, mejor. Así no teníamos
que girar demasiado el cuello, y estábamos bastante cerca.
-
¿Sois conscientes de que nos va a caer el sudor de nuestros ídolos?- dije yo.
Vale, sonaba asqueroso, pero era excitante.
-
Jajajaja, sí Paula, sí.- Elvira sólo gritaba y sujetaba su cartel dirigido a
Liam.
Se
apagaron las luces, una voz anunció que One Direction iba a aparecer, y allí
estaban ellos, por Dios… ¡¡¡eran tan perfectos!!!
Cantaron
todas sus canciones, hicieron algunas covers de canciones famosas y no paramos
de bailar y gritar y cantar y hacerles fotos en las dos horas que duró el
concierto. Qué pasada. Elvira sujetaba su cartel de “LIAM I LOVE YOU” y vi como
Liam le guiñaba un ojo, ella entró en shock y por poco no se desmaya. Me dio un
susto tremendo.
Y,
entonces, se apagaron las luces, ¿es que se acababa el concierto ya? Imposible.
Faltaba What Makes You Beautiful. Y no podían irse sin tocar su canción más
famosa. Falsa alarma. Las luces volvieron y los chicos aparecieron más guapos
incluso que antes.
Empezaron
la canción.
Acabaron
el primer estribillo, era el turno del solo de Zayn, pero pasó algo que
difícilmente puedo describir con palabras.
Nuestras
miradas se cruzaron, y por una milésima de segundo, el tiempo se paró, y sentí
una punzada en el estómago. No era desagradable, al contrario, era perfecto. Zayn,
que estaba cantando, dejó de hacerlo, y lo único que hacía era mirarme. Yo me
perdí en su mirada, era tan profunda… Los chicos se dieron cuenta y fueron a
salvar a Zayn. Harry tomó las riendas de la canción, Liam sacudió a Zayn, él
parpadeó y volvió en sí. Siguió cantando su solo, pero ya todo era distinto, su
voz sonaba incluso mejor que antes, ¿qué le habría pasado? La canción terminó y
con ella el concierto. Había sido perfecto. Zayn Malik, mi ídolo de siempre, me
había mirado. Y no sólo eso, si no que también habíamos tenido una conexión
especial, y yo todavía no sabía cómo de especial iba a llegar a ser esa conexión.
La firma de discos se aproximaba. Pronto descubriría que nos había pasado a
Zayn y a mí aquel día en el concierto.
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