sábado, 5 de mayo de 2012

CAPITULO VEINTICUATRO


Me despertó el rumor del agua golpeando mi ventana. Me gustaba esa sensación. Era como mi despertador único y personal.
A pesar de que ya había entrado el verano hacía casi un mes, en Londres seguía lloviendo. Yo me empezaba a acostumbrar a eso de salir con paraguas a la calle pero todavía no estaba muy mentalizada.
Salí de la cama y me estiré.
Me metí en la ducha, recordando perfectamente la noche anterior.
“- ¿Dónde está, Paula?
- Déjame, Harry.
- ¿No me oyes? ¡¿Que a dónde ha ido Mamen?!
- A mi no me grites.- le dije seria.
- Lo siento, es que… joder, hace dos días que no me coge el móvil, y ahora vengo a vuestra casa y no está.
- Pues ya ves, estoy solita, adiós.
Intenté cerrar la puerta, pero Harry puso el pie en medio.
- Está bien, pasa.- accedí resignada.
- ¿Me vas a decir dónde está?- preguntó tranquilizándose.
Tardé en contestar. Se impacientó.
- Solo si me prometes que no me vas a montar un numerito.
- Prometido.
- Se ha ido.- me limité a decir.
- ¿A dónde? ¿A dar una vuelta? ¿A comprar un Donut?
- No, Harry, no, ¡mierda! Se ha pirado, ¿sabes? ¡Se ha largado!- dije alterada.
- No es posible.- dijo, temiéndose lo que estaba pasando.
- Sí, Harry. Se ha ido a Esp…
- ¡No lo digas!- me interrumpió.- No sabía que iba a doler tanto escucharlo.
Hubo un largo silencio.
- Lo siento…- dije al fin.
- Ya… ¿cuándo se fue?
- Haré un par de días.
- Joder… ¿y cuándo va a volver?
- Ni idea.
- ¿No lo sabes? ¿No has hablado con ella?- dijo sombrado y triste.
- No. Dijo que quería intimidad. Y que volvía para pensar.
- O para ver a su querido novio.- susurró irónico.
- Harry, cállate, tú no sabes nada.
- No, es verdad, yo no sé nada. Yo soy gilipollas.
- No te pases Harry, joder.
- Es que es verdad. A mí nadie me cuenta nada, y nunca se tienen en cuenta mis opiniones.
Le miré. Tenía razón, pero Mamen me había dicho que no le dijera nada. Sentía haberlo hecho, pero él merecía saberlo.
Gracias a Dios sonó el timbre de la puerta.
- Hola, preciosa.- Zayn me besó en los labios.
- Hola.
- ¡Mira lo que traigo! ¡Comida china! Tu preferida.- dijo Zayn sonriéndome mientras entraba e iba al salón. Se paró en seco.- ¿Harry? ¿Qué haces aquí tío?- Zayn me miró nervioso, comprendiendo la situación.- Eh, no sabía que estabas aquí, si no, hubiera traído comida para ti también.- le dijo alegre, intentando calmar el ambiente.
- No pasa nada, yo me iba ya.
Harry se levantó y yo me acerqué a Zayn.
- ¿Le has contado lo de Mamen?
Zayn susurró, pero no lo suficiente.
- ¿Tú lo sabías? ¿Lo sabías y no me lo has contado? ¡Zayn, tío!
- Lo siento Harry, pero nos dijo que no te contáramos nada.
- ¿Nos? ¿Así que todos lo sabéis, no? Era de esperar.- Zayn y yo nos miramos sin saber que decir. - Vale, vale. Gracias por tenerme engañado todo este tiempo.
- Lo siento, tío, nosotros no queríamos…
- Déjalo, está bien, no pasa nada.
Y acto seguido cerró la puerta con un portazo.
- No te preocupes, se le pasará.”
Volví a la realidad.
No había sido tan malo. Sinceramente, me esperaba una reacción más exagerada por parte de Harry.
Salí de la ducha y me arreglé, quería ir a dar una vuelta, si dejaba de llover, claro.
Salí al salón y me vino un olor irresistible a tortitas.
- Buenos días, princesa.
Zayn me agarró de la cintura y me besó.
- Buenos días.- le dije alegre.- Huele tan bien…
- Estoy haciendo tortitas.- dijo con una amplia sonrisa.- Es que hoy me he levantado temprano, pero no quería despertarte, parecías cansada.
- Lo estaba. Pero ya estoy fresca, la ducha me ha sentado muy bien. ¿Has hablado con Harry?
- No. Oye, Paula.
- Dime.
- ¿Quieres dejar de darle vueltas a todo? Relájate, haz el favor. Deja de pensar en problemas. Y menos si no son tuyos.
- Pero es que…
- Que no.- me cortó.- No me pongas excusas. Todo está bien, hazme caso. Conozco a Harry, y se le pasa rápido todo. Además, Mamen tendrá que volver algún día, ¿no?
- Sí, pero tengo miedo de que venga con su novio, o cualquier cosa, y que a Harry le afecte.
- Shhh, en ese caso, ya tendremos tiempo para preocuparnos. De momento preocúpate por ese plato de tortitas con nata que tienes que comerte.
- Eres el mejor.
- Ya, por eso me quieres. Anda, vamos a desayunar.
Las tortitas sabían a gloria. Zayn era un bueno cocinero.
Estuvimos jugando a las cartas hasta que se nos hizo tarde y Zayn preparó unos macarrones deliciosos.
Después de comer, Zayn cogió el portátil y abrió Twitter. Los dos estábamos muy enganchados.
- Oh… ¡mira la foto de perfil de Liam!- me dijo.
- ¡A ver!- corrí y me senté a su lado.
Era una foto con Elvira en el crucero con una de las islas del Caribe por detrás.
- Dios mío, es preciosa.- dije yo.
- Sí, seguro que se lo están pasando en grande.
- No lo dudes. ¿Pero has visto el paisaje? Es… increíble.
- Voy a contestar a algunas fans, hace algún tiempo que no lo hago.
- ¡Contéstame, contéstame! ¡Por favor!- me hice la fan loca.- ¡Oh Dios mío, Zayn, te quiero tanto! ¡Dame un abrazo, Zayn! ¡Eres tan guapo! ¡Dios mío!
Zayn rió escandalosamente.
- Calla, anda. Te recuerdo que hace nada tú eras así.
Era verdad, yo siempre había sido de ese tipo de fans. Bah, no me arrepentía, además, seguía siéndolo.
- ¿Qué te dicen?- le pregunté curiosa.
- Últimamente solo me preguntan si tengo novia y todo eso, como te pongo tweets, se han dado cuenta. Y las que ya lo saben me preguntan por ti.
- ¿Y qué te dicen de mí?
- La mayoría son muy amables, y dicen que como eres directioner, les caes bien.
- Prueba de las fans, ¡superada!- alcé las manos en señal de victoria.- A mí también me ponen cosas, como que no te deje, que me porte bien contigo, que te trate bien… y es como, “bueno vale, es mi novio, ya lo trato bien y lo quiero”.- me reí.- Pero yo creo que les importas, Zayn, y es algo bueno que me acepten, es señal de que te quieren.
- Las directioners lo son todo para mí.
- Fuera de mi casa.
- ¿Qué?- dijo desconcertado.
- ¿Lo son todo, no? ¿Y yo qué?- hice como si llorara.
- Jajajaja tú no lo eres todo, tú eres mi vida.
- Jo, Zayn, te quiero mucho.
- Y yo a ti.- dijo mientras me besaba.- Ya sé que foto me voy a poner yo de principal. La que nos hicimos en Hyde Park.
Hyde Park era el parque más grande de Londres, estaba en el mismo centro, y me encantaba ir.
- Esa es muy bonita. ¿Sabes que desde que las fans saben que estamos juntos tengo más seguidores? En apenas dos semanas me han aumentado 30.000 seguidores casi. Es una pasada. Aunque no creo que me los merezca, yo no he hecho nada importante.
- Anda y calla. ¡Mira! Ha dejado de llover. ¿Vamos a dar una vuelta? Tengo la moto abajo.
- Venga, vamos.
Cogí una chaqueta y bajamos a la calle.
- ¿A dónde quieres ir?- me preguntó.
- No sé, sorpréndeme.
Salió corriendo con la moto y yo me agarré a su cintura.
Llevábamos un rato pensando donde bajarnos, cuando se nos pegaron dos coches y dos chicos empezaron a hacernos fotos con unas cámaras enormes.
- ¡Mierda!- exclamó Zayn.
- ¿Paparazzis?
- Sí. ¿Es que no me pueden dejar vivir?- gritó.
- ¡Relájate!
Zayn le metió caña a la moto y salimos disparados. Al final acabamos despistándolos, y vimos Yogurtlandia al final de una calle. Nos bajamos de la moto y fuimos para allá.
Pedimos y nos sentamos en una mesa.
- Me ponen de los nervios, joder.
- Tranquilo Zayn, ya está.
- No, Paula, es que me jode mucho. ¿Por qué se meten en mi vida? No estoy trabajando ahora mismo, estoy en mi tiempo libre, pero siguen ahí.
- Bueno anda, ya no están, cálmate.
- Vale… pero es que no los aguanto.- continuó hablando.- A mí pueden molestarme, pero a ti no, joder.
- ¡Anda ya! Por mí no te preocupes Zayn, de verdad.
- Bueno me voy a relajar.
Al cabo de un rato se acercaron dos niñas de unos quince años a nuestra mesa. Estaban muy nerviosas.
- Zayn… perdona que te molestemos pero… ¿podrías hacerte una foto con nosotras? En fin, sólo si quieres…
- ¡Claro pequeñas, venid aquí! ¿Cómo os llamáis?
Las caras de las chicas se tornaron felices.
- ¡Yo soy Rose!
- ¡Y yo Sarah!
Una de ellas sacó una cámara y Zayn la cogió.
- Paula, ¿me haces una foto con Rose y Sarah?
Yo sonreí.
- Claro.
Zayn me tendió la cámara y les hice un par de fotos.
- ¿Tu eres Paula, su novia?- me preguntó la chica que se llamaba Sarah. Yo me ruboricé.
- Sí, soy yo.- les dije sonriente.
- ¿A que es guapa?- dijo Zayn.
- Sí, lo es.- dijo Rose.- ¿Eres directioner?
- Ellos son mi vida.- le respondí.
- Entonces eres bienvenida a esta familia. Te lo mereces, y enhorabuena por estar con él.- me dijo seria.
- Gracias.- le dije sonriente.
- Anda, Rose, vámonos, no molestemos más. ¡Gracias a los dos! ¡Sois los mejores!
- ¡Hasta luego!- les dije sonriendo.
- ¡Adios, guapas!- dijo Zayn mientras movía la mano.
- Eso que has hecho ha sido precioso Zayn.
- ¿Qué he hecho?- preguntó curioso.
- No sé, la manera en la que has hablado con ellas, cómo las has tratado… cualquier otro no lo habría hecho así.
- Ellas se merecen lo mejor.
- Desde luego.- los dos sonreímos.
Cuando estábamos a punto de terminar, a través del cristal vimos que los coches de los paparazzis se paraban en frente del local.
- ¡Mierda! Nos han seguido. ¡Joder!- exclamó.
- Vámonos, Zayn.
Salimos corriendo mientras nos hacían fotos, y cuando nos montamos en la moto nos siguieron con el coche.
- ¡Tendremos que dar vueltas hasta que los despistemos!- gritó Zayn. Íbamos tan rápido que apenas le oía.
- ¡Vale!- le contesté.
Al cabo de un rato volvimos a perderlos de vista.
- Tengo que echarle gasolina a la moto.
Fuimos a una gasolinera. Zayn encendió un cigarro y le miré mal.
- ¿Qué te he dicho Zayn? Que no fumes, joder, ¡no es tan difícil!
- Lo siento, lo necesito. Esos paparazzis me han puesto de mala hostia.
- Me da igual Zayn, no hay escusa para destrozarte los pulmones.
- Joder, Paula…
- ¡No! Prométeme que lo vas a dejar.
- Vale, te lo prometo.
- En serio.
- ¡Que sí!
- No te creo.
- ¿Cómo puedo demostrártelo?
- Dame el paquete de tabaco.
Zayn sacó el paquete.
- Toma, pesada.- Yo sonreí satisfecha.- ¿Qué vas a hacer con él?
- Esto.
Fui a la papelera más cercana y lo tiré.
- ¡No me lo creo! Tú estás mal de la cabeza.
- Ya me lo agradecerás.
Fuimos a pagar y volvimos a coger la moto. Estaba lloviendo.
- Joder, estamos lejos de tu casa.- dijo Zayn.- ¿Quieres que llame a un taxi para que no te mojes?
- No, yo me voy contigo.
- Pero te vas a mojar…
- No importa, no hace frío.
- Pero…
- Zayn, que me voy contigo, no hay más que hablar.
- Cabezota.
- Guapo.
Zayn rió y le metió marcha a la moto. La lluvia en contacto con la piel no estaba tan mal.
Cuando llegamos era casi de noche y empezaba a refrescar.
- ¡Dios mío! Me he calado de arriba abajo.- le dije riendo.
- Te dije lo del taxi…
Empecé a reírme como una loca. Zayn me miró raro.
- ¿Qué te ocurre?
- Nada.- dije sin parar de reír.- Es solo que la situación es graciosa. ¡Mírate! ¡Mírame! Estamos caladitos hasta los huesos.
Zayn empezó a reírse también. Cualquiera que nos viera…
- Me voy a la ducha.- dije cuando terminamos de reírnos sin sentido.
- Espera.- dijo. Me detuve.- Estás muy sexy así.
- ¡No veas!
Se fue acercando lentamente a mí.
- Te quiero.- susurró cuando su cara estaba a tres centímetros de la mía.
Y empezó a besarme.
Nuestros cuerpos estaban juntos, sus manos descendieron por mi espalda hasta llegar a mi cintura. Y yo escalé la suya hasta llegar al cuello. La pasión se apoderaba de nuestros cuerpos.
De repente, Zayn me levantó por las piernas y me cogió al estilo princesa, y sin parar de besarme, nos dirigimos a mi cuarto.
Zayn me posó suavemente en la cama, siguió besándome hasta que estuvimos tumbados. En mi mente solo estaba él. Lentamente fue quitándome la camiseta, la cual estaba húmeda. Yo fui quitándole el botón del pantalón, hasta que acabé quitándoselo todo. Seguimos besándonos, la noche cayó sobre nosotros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario